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lunes, 13 de diciembre de 2010

Emprendedores pequeños que no temen editar libros a lo grande

ARGENTINA




















Emprendedores pequeños que no temen editar libros a lo grande

Publicado el 11 de Diciembre de 2010

En los últimos años, sellos chicos o no tanto buscan su propio espacio en un mercado altamente competitivo. Apuestan a la bibliodiversidad, una suerte de democratización de la oferta para beneficio de la demanda.

La historia de la literatura recoge un profuso anecdotario sobre la relación entre escritores y editores. Para Samuel Beckett, quien sufrió el desaire de varios, “el trato con los editores es una de las pocas degradaciones evitables”. Es sabido que Walt Whitman costeó la primera edición de su Hojas de hierba, que vendía como quien ofrece aspiradoras a domicilio. Pero el caso más curioso es el de Charles Baudelaire, quien tomó la decisión de publicar sus Flores del mal con un editor pequeño y darle la espalda a las grandes editoriales que le garantizaban venta y difusión. Es Pierre Bourdieu quien pone el acento en esta anécdota, que “instituye por primera vez la ruptura entre edición comercial y edición de vanguardia”.

Quizá en esta dicotomía planteada por el intelectual francés se deba ubicar la irrupción de una gran cantidad de pequeñas editoriales que si bien no pueden catalogarse como “de vanguardia”, al menos marcan una nueva tendencia en este mercado.

Se trata de emprendimientos a veces minúsculos que abordan proyectos inteligentes, cuando no raros o llamativos. En general están montadas sobre presupuestos limitados, y a veces impulsadas por iniciativas personales o familiares que con gran esfuerzo, talento y constancia logran hacer llegar sus productos a la selva de las librerías. Suelen tener tiradas reducidas (rara vez más de 2000 ejemplares). Muchos de estos sellos editoriales publican cuatro o cinco libros por año, y algunos pueden llegar a diez o 20. En esto, cada una fija su propio ritmo. Si se considera que mensualmente llegan a las librerías unos 2000 títulos (por ejemplo, la editorial Planeta lanza al mercados unos 35 títulos al mes) se puede apreciar la exigua producción de muchas de ellas, lo que sin duda valoriza aun más sus propuestas.

Esta diversidad generó, como era de esperar, una suerte de asociación que agrupa a muchas de estas nuevas editoriales con otras antiguas, todas vinculadas por el criterio de “independencia”. Constanza Brunet, editora, preside actualmente Editores Independientes de la Argentina (EDINAR), reunidos bajo el lema “Alianza de editores independientes por la bibliodiversidad”.

Brunet define esa independencia como la “no pertenencia a un grupo editorial comercial, generalmente vinculado a multinacionales, o marcado por intereses empresariales”. Una editorial independiente, enfatiza, “pone el acento en lo cultural, en la creación. Postula una producción diversa y específica y prioriza la calidad por sobre la rentabilidad.” EDINAR agrupa actualmente 28 editoriales y analiza la postulación de otras 15. “Nuestro parámetro son las editoriales del ámbito cultural porque tenemos problemáticas parecidas.”

Se estima que en este momento en la Argentina, incluyendo el interior del país, hay unas 500 editoriales. Sólo la Cámara del Libro reúne unas 300.

Otra de las características de estas editoriales independientes es que, en muchos casos, tienen un target muy específico, como sucede con Asunto Impreso, una librería que creó el sello Asunto Impreso Ediciones, especializado en libros ilustrados. La editorial Caja Negra se especializa en literatura y filosofía, y Ediciones Biebel se enfoca en psicoanálisis y ciencias sociales. En 2008 irrumpió Eterna Cadencia, también librería, que ahora edita narrativa, ensayo y crónica; La marca editora se especializa en arte, fotografía y poesía y La Crujía nació en 1999 para ocupar el campo de la comunicación y la cultura.

La particular librería Club Burton, de San Telmo, acaba de lanzar su primer libro, El tutú. Costumbres de fin de siglo, una joya bibliográfica. Letranómada se enfoca en la edición de escritores contemporáneos y Libros de la Araucaria busca difundir textos de pensamiento y debate. El ganador del Oscar, Gustavo Santaolalla lidera, junto a Fernando Vázquez Mazzini, Retina, que se especializa en música, fotografía y arte. El sello Siesta publica, desde 1997, poesía y ficción. Tiene 50 títulos, lo que hace un promedio de menos de cuatro títulos por año. Tantalia se enfoca en literatura y artes visuales y Gourmet Musical Ediciones desde 2005 publica libros sobre música y musicología.

Constanza Brunet, también titular de la editorial Marea –que desde 2003 aborda géneros tan diferentes como la investigación periodística, el relato histórico, el ensayo y la narrativa–, cree que los problemas centrales de las editoriales independientes son la distribución y la visibilidad. “Nuestros libros, cuando tienen distribución, llegan a todas las librerías. Pero allí hay que competir por las vidrieras y las mesas de exhibición; allí, la presencia de las grandes editoriales nos genera una competencia imposible de afrontar.”

Si se considera además que la distribución tiene costos altos (absorbe en algunos casos más del 50% del precio de tapa de un libro), los problemas de las editoriales chicas se multiplican.

¿Entonces, cómo se logra la visibilidad? “Es otro tema que nos reúne y moviliza. Desde EDINAR hemos realizado acciones para mostrar nuestros productos. Nuestra presencia en la reciente Feria de Frankfurt fue muy alentadora. Además, estamos dando pasos concretos para incentivar coediciones con otros sellos.” Precisamente en Frankfurt, los editores independientes presentaron su “Hot List”, una suerte de selección de lo mejor de las editoriales independientes con resultados muy halagüeños.

Las coediciones son una posibilidad concreta de bajar costos de preproducción y evitar la exportación/importación de libros, que también tiene su costo. “Esto no sólo beneficia comercialmente sino que permite una mayor difusión de los escritores. Hasta hoy, en los países vecinos y aquí mismo se leen los autores que las grandes editoriales deciden. Conocemos más escritores españoles o europeos que de los países latinoamericanos”, afirma Brunet. Este argumento es el que sostiene el concepto de bibliodiversidad que permite garantizar la pluralidad y la difusión de las ideas. El mítico editor español Jorge Herralde bautizó simpáticamente a estos nuevos microorganismos editoriales “los insumisos”.

Carolina Sborovsky es una de esas insumisas. Dirige la editorial El fin de la noche, un emprendimiento pequeño que entre 2008 y la actualidad ha publicado unos 25 títulos. “Nuestro objetivo –dice– es instalar nuevas voces, nuevos nombres. Nuestros autores, en muchos casos, están publicando su primer libro. Pensamos la literatura como espacio de intervención.” El fin de la noche, proyecto liderado por Octavio Kulesz (ex Ediciones del Zorzal), tiene otras particularidades. Imprimen “bajo demanda” (Print on Demand), un sistema de impresión digital que permite producir libros por unidad (en contraposición al sistema de imprenta donde se requiere un mínimo que justifique la producción). De esta manera, explica Sborovsky, “ponemos a la venta libros en soporte papel y en soporte digital; además, ofrecemos nuestros productos para ser accedidos gratuitamente en formato digital imprimible”. Y concluye: “Creemos que la lectura es un derecho; por lo tanto, fomentamos lectores autónomos. Si le gusta lo que producimos, pensamos, es posible que el lector lo quiera tener, entonces lo compra.”

El mercado de libros para niños también se vio enriquecido por una gran cantidad de nuevas editoriales. Ediciones del Naranjo se enfoca en el humor y el lenguaje coloquial; Abran Cancha es un proyecto que intenta poner en el mercado géneros poco publicados como teatro, poesía y narración oral. Pequeño Editor se dedica a libros que por su estética los convierte en objetos de arte que disfrutan también los grandes. Editorial Comunicarte, radicada en Córdoba, edita desde 1993 libros y revistas de diversas temáticas, pero ha logrado una gran penetración con sus libros para niños. Su fondo editorial es de 200 títulos.

En 2000 nació Iamique, dedicada a la ciencia con una visión muy divertida. Su fondo tiene unos 40 títulos. La Bohemia, que aborda la infancia desde la literatura y el ensayo, acaba de publicar Esto no es para vos. Reflexiones sobre el campo de la LIJ y el rol de los mediadores, de Sandra Comino. Este año asomó Ediciones Suimanga, y Libros del Náufrago lanzó sus primeros dos títulos (textos de Patricia Suárez y Sandra Comino); finalmente, Adriana Hidalgo publicó los primeros títulos de su colección Pípala.

Con sus diferencias, todas ofrecen al mercado libros de muy cuidada factura y novedosos en cuanto a diseño. Este cuidado artesanal, es otro rasgo distintivo de las llamadas editoriales independientes.

http://tiempo.elargentino.com/notas/emprendedores-pequenos-que-no-temen-editar-libros-grande

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