¿Es Gustavo Adolfo Bécquer, escritor?
Bécquer fue el representante por excelencia del romanticismo. Entre sus obras de mayor relevancia, figuran: “Cartas literarias a una mujer”; “Rimas y Leyendas”...
El Porvenir.com
Este es mi homenaje personal al gran poeta romántico, el primero de una sucesión que espero ir dejando en este blog -en razonables dosis- y para gozo de todos los que lo admiramos. Razones no me faltan: servidora es una romántica empedernida y Bécquer me dejó la huella e impronta de su lírica para fundirse con mi inspiración y la influencia de su dramatismo/pasión, simbiosis que también aflora desde los versos de mis humildes poemas. Quienes me hayan leído lo entenderán. Purificación Ávila.
Los poemas de Gustavo Adolfo Bécquer (17/02/1836 – 22/12/1870) pronto tomarían una importancia resonante no solo en España, su país natal, sino que en toda Europa se hablaría del trabajo del poeta sevillano, llegando a fomentar su estilo literario en América.
Bécquer fue el representante por excelencia del romanticismo. Entre sus obras de mayor relevancia “Cartas literarias a una mujer”, “Leyendas” y “Cartas desde mi celda”, entre muchas otras más.
Nacido en la ciudad provinciana de Sevilla un 17 de febrero de 1836, siendo su padre un célebre pintor quien lamentablemente falleció cuando Gustavo tenía solo cinco años. Comenzó sus estudios en el colegio de San Antonio Abad. A los nueve años quedó huérfano también de madre y salió del anterior colegio para ser acogido por su madrina de bautismo.
A la edad de diecisiete años dejó a su madrina y a los lujos que ésta le brindaba por ser una mujer de una buena posición económica para viajar a Madrid para buscar ganarse la vida en uno de los trabajos que se le daba por facilidad: la escritura.
Como es conocido, no era fácil subsistir de la literatura y paradójicamente, Bécquer que deseaba encontrar fortuna, lo que encontró fue un panorama oscuro para dedicarse al mundo de las letras, por lo que se vio obligado a servir de escribiente en la Dirección de Bienes Nacionales, donde su habilidad para el dibujo era admirada por sus compañeros, pero fue motivo de que fuera cesado al ser sorprendido por el director haciendo dibujos de escenas de Shakespeare.
Debido a que la producción literaria no ofrecía buenos dividendos que permitieran a Bécquer sobrellevar su estancia en Madrid, alternó esta actividad con la elaboración de pinturas al fresco.
Tiempo después encontró una plaza en la redacción de "El Contemporáneo" y entonces escribió la mayoría de sus poemas y las "Cartas desde mi celda".
En 1862 llegó a vivir con Bécquer su hermano Valeriano, célebre en Sevilla por su producción pictórica pero no por eso más afortunado que Gustavo, y juntos vivieron al día uno traduciendo novelas o escribiendo artículos y el otro dibujando y pintando por destajo; mucho les costó a los hermanos salir adelante de su infortunio y con el tiempo lograron juntos una modesta estabilidad que les permitía a uno retratar por obsequio y al otro escribir una oda por entusiasmo.
Hizo descripciones de "La basílica de Santa Leocadia", el "Solar de la Casa del Cid" y el "Enterramiento de Garcilaso de la Vega", entre otras.
Por último, dentro del costumbrismo o folclore español escribió "Los dos Compadres", "Las jugadoras", la "Semana Santa en Toledo", "El café de Fornos" y otras más.
En septiembre de 1870 dejó de existir Valeriano, duro golpe para Gustavo, que pronto enfermó sin ningún síntoma preciso, de pulmonía que se convirtió luego en hepatitis para tornarse en una pericarditis que pronto había terminar su vida el 22 de diciembre de ese mismo año.
Famoso verso del autor: “Por una mirada, un mundo; / por una sonrisa, un cielo; / por un beso... yo no sé / qué te diera por un beso”. Gustavo Adolfo Bécquer.
Bécquer fue el representante por excelencia del romanticismo. Entre sus obras de mayor relevancia “Cartas literarias a una mujer”, “Leyendas” y “Cartas desde mi celda”, entre muchas otras más.
Nacido en la ciudad provinciana de Sevilla un 17 de febrero de 1836, siendo su padre un célebre pintor quien lamentablemente falleció cuando Gustavo tenía solo cinco años. Comenzó sus estudios en el colegio de San Antonio Abad. A los nueve años quedó huérfano también de madre y salió del anterior colegio para ser acogido por su madrina de bautismo.
A la edad de diecisiete años dejó a su madrina y a los lujos que ésta le brindaba por ser una mujer de una buena posición económica para viajar a Madrid para buscar ganarse la vida en uno de los trabajos que se le daba por facilidad: la escritura.
Como es conocido, no era fácil subsistir de la literatura y paradójicamente, Bécquer que deseaba encontrar fortuna, lo que encontró fue un panorama oscuro para dedicarse al mundo de las letras, por lo que se vio obligado a servir de escribiente en la Dirección de Bienes Nacionales, donde su habilidad para el dibujo era admirada por sus compañeros, pero fue motivo de que fuera cesado al ser sorprendido por el director haciendo dibujos de escenas de Shakespeare.
Debido a que la producción literaria no ofrecía buenos dividendos que permitieran a Bécquer sobrellevar su estancia en Madrid, alternó esta actividad con la elaboración de pinturas al fresco.
Tiempo después encontró una plaza en la redacción de "El Contemporáneo" y entonces escribió la mayoría de sus poemas y las "Cartas desde mi celda".
En 1862 llegó a vivir con Bécquer su hermano Valeriano, célebre en Sevilla por su producción pictórica pero no por eso más afortunado que Gustavo, y juntos vivieron al día uno traduciendo novelas o escribiendo artículos y el otro dibujando y pintando por destajo; mucho les costó a los hermanos salir adelante de su infortunio y con el tiempo lograron juntos una modesta estabilidad que les permitía a uno retratar por obsequio y al otro escribir una oda por entusiasmo.
Hizo descripciones de "La basílica de Santa Leocadia", el "Solar de la Casa del Cid" y el "Enterramiento de Garcilaso de la Vega", entre otras.
Por último, dentro del costumbrismo o folclore español escribió "Los dos Compadres", "Las jugadoras", la "Semana Santa en Toledo", "El café de Fornos" y otras más.
En septiembre de 1870 dejó de existir Valeriano, duro golpe para Gustavo, que pronto enfermó sin ningún síntoma preciso, de pulmonía que se convirtió luego en hepatitis para tornarse en una pericarditis que pronto había terminar su vida el 22 de diciembre de ese mismo año.
Famoso verso del autor: “Por una mirada, un mundo; / por una sonrisa, un cielo; / por un beso... yo no sé / qué te diera por un beso”. Gustavo Adolfo Bécquer.
El Porvenir.com
Este es mi homenaje personal al gran poeta romántico, el primero de una sucesión que espero ir dejando en este blog -en razonables dosis- y para gozo de todos los que lo admiramos. Razones no me faltan: servidora es una romántica empedernida y Bécquer me dejó la huella e impronta de su lírica para fundirse con mi inspiración y la influencia de su dramatismo/pasión, simbiosis que también aflora desde los versos de mis humildes poemas. Quienes me hayan leído lo entenderán. Purificación Ávila.
Etiquetas: Historia de la Literatura: vida y obra
Siempre es bueno recordar a los grandes. Como a Bécquer.
Gracias de nuevo linda españolita.
Besos vespertinos
Posted by Clarice Baricco | miércoles, 28 febrero, 2007
Has tocado uno de mis puntos débiles: Bécquer. Lo adoro. Mi novela, Peso cero, tiene dos historias paralelas y a una de ellas le ronda uno de sus poemas:
Cerraron sus ojos
que aún tenía abiertos,
taparon su cara
con un blanco lienzo,
y unos sollozando,
otros en silencio,
de la triste alcoba
todos se salieron...
Es como un sonete que escucha Lucía en su cabeza y la acompaña siempre.
Bécquer tiene algo místico y mágico que enternece.
Me ha gustado mucho tu análisis.
Un beso, Puri.
Posted by Antonia Romero | miércoles, 28 febrero, 2007
Antonia, algunos de tus puntos débiles son también los míos. Nos gustan los clásicos españoles, franceses, ingleses y Bécquer, símbolo del romanticismo puro.
No sabía de esa novela tuya, ¿está editada?. Yo ando con dos novelas a la vez, y una de ellas no acaba de cuajar porque también se me impuso con dos historias paralelas.
Por cierto, tú me dejas unos versos suyos sobre la muerte que aparecen en Peso cero. Te los continúo:
[...]
Despertaba el día,
Y a su albor primero,
Con sus mil ruidos
Despertaba el pueblo.
Ante aquel contraste
De vida y misterios,
De luz y tinieblas,
Medité un momento:
"¡Dios mío, qué solos
Se quedan los muertos!"...
Yo te dejo unos sobre el amor cuando está lleno de esperanza:
Hoy la tierra y los cielos me sonríen;
Hoy llega al fondo de mi alma el sol;
Hoy, la he visto... la he visto y me ha mirado...
¡Hoy creo en Dios!
...
Divino Bécquer, innovador y personal poeta de la poesía de su tiempo, que supo hallar el acento conmovedor que brota de los corazones sinceros y puros, que encontró siempre eco en su torno, ayer y hoy. Y aunque se dice de su poesía que era más dramática y laudatoria que lírica, supo llegar al corazón de sus lectores.
Sentía ganas de hablar de Gustavo Adolfo Bécquer, que marcó tanto la poesía de mi juventud. Me sé sus versos casi de memoria, de tanto releerlos.
Gracias por tus palabras, Antonia. Besos.
Puri.
Posted by Alicia Rosell | miércoles, 28 febrero, 2007
Graciela, gracias por tu cariñoso y lindo paso para dejar tu adhesión a este recordatorio de un grande de la Literatura, como muy bien dices.
Besos, guapa.
Puri.
Posted by Alicia Rosell | miércoles, 28 febrero, 2007
Para mi es uno de los mejores poetas de todos los tiempos. Descubrir su vida es sumamente interesante.
Posted by Anónimo | viernes, 09 marzo, 2007
María, bienvenida: lástima que no me dejes tu página personal.
Todas las biografías de escritores y poetas no son interesantes, pero algunos lo son simplemente por la 'vida' que emanan de sus escritos y versos.
No creo que un escritor o poeta sea ‘más grande’ que otro. En su momento Bécquer lo fue hasta que descubrí a esos otros, -también depende de la época de la vida que nos toca vivir-, pero sin dejar de amar los versos de los autores que siempre despertaron tantas inefables sensaciones en mi, así en el ámbito personal como en el profesional.
Por cierto, he visitado la web que me enviabas. Disculpa que no la incluya junto a tu escrito. No me gusta hacer publicidad en mi blog, no es por nada más. Pero te juro que cuando la página lo merece soy la primera en enlazar, visitar e incluso recomendar.
Gracias por tu aporte y espero que entiendas mi postura.
Un saludo y vuelve cuando gustes.
Afectuosamente,
Puri.
Posted by Alicia Rosell | viernes, 09 marzo, 2007