UN PARADIGMÁTICO PANORAMA
"Hay algo peor que quemar los libros, y es No Leerlos."
...Lapidaria frase que escuché ayer y que me dejó consternada. Al segundo de oírla, la consideré certera. Pero cuando la he meditado más tarde, he empezado a sacarle matices.
¿Preferirían los potenciales pirómanos dejar los tomos decorando sus salones a cambio de no leerlos?
Más enrevesado todavía. ¿Quien defendería la opción de leerlos antes de quemarlos para no pasar a la historia como zoquetes ?
Les digo: Ni lo uno ni lo otro. Me horrorizan ambas opciones. Yo compro libros para leerlos y releerlos, acariciarlos o consultarlos. Así ha venido siendo mi comportamiento, a través del paso de los años.
¿Recuerdan la novela de Ray Bradbury sobre la quema de libros? Si no lo han leído, al menos recordarán -quienes no leen, digo- que se hizo también una versión para el cine. Sí, me refiero a Fahrenheit 451.
La novela trata de la quema de libros como forma de coartar las libertades y de los conflictos mentales de quienes optan por dejar de pensar . Quemar libros es matar la esperanza, asfixiar los conocimientos y odiar la filosofía, desbaratar la historia y el libre albedrío. Es, más o menos lo que viene a contar la novela.
Pues aún siendo uno de los mejores libros que he leído en mi vida me cuesta creer que Bradbury sintiera tanto pánico con sólo idear el argumento. Y créanme, lo consigue: Me aterrorizó el ambiente futurista que describe la novela, donde la desesperación de quienes amamos los libros queda reflejada y se desborda.
Escuchar la frase que encabeza este post me horrorizó mucho más. Pero si me angustia pensar en una quema indiscriminada, mucho más me aterroriza que cada vez se lea menos.
Si tan desesperados llegáramos a estar como para dejar de lado el amor a los libros, si vamos a tener que redescubrirnos como integrantes de una sociedad llena de comodidades tecnológicas, ¿van a desaparecer nuestro derecho a soñar y nuestra opción a no leer antes de quemar?
Reconozco que es un lío lo que trato de hacerles entender. Pero si han llegado a esta línea, creo que saben por donde voy. Porque Uds., sencillamente, están leyendo, -aunque sólo sea este loco devaneo por una frase 'desafortunada' que cacé al vuelo, y a la cual no sé darle respuesta.-
Les invito a que hagan su propia reflexión. Y si lo desean, comenten en este blog sus opiniones. La frase lo merece.
Alicia Rosell.
(Extracto de mi recopilatorio "Mis impresiones Literarias")
Por Mauricio Bachetti
Por Mauricio Bachetti
"La Cámara Argentina del Libro organizó el miércoles pasado un homenaje a José Boris Spivacow y con ello un recordatorio de lo que fue “el día de la vergüenza del libro argentino”, cuando el 30 de agosto de 1980 la Policía de la Provincia de Buenos Aires quemó un millón y medio de libros y fascículos pertenecientes al Centro Editor de América Latina (CEAL, fundado por Boris Spivacow), mientras otra gran cantidad quedó incautada. Al mismo tiempo, la dictadura militar iniciaba un juicio contra Spivacow, quien antes del CEAL había sido director de Eudeba en su época dorada y uno de los fundamentales actores en la renovación y consolidación del público en las décadas del sesenta y el setenta... "
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Fuente: http://elortiba.galeon.com/quelib.htmlLeer más...
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