ESCRITORES Y PRESUNTOS ESCRITORES
¿No les da una idea cuánto dinero ganará este escritor (Carlos Fuentes sobre este artículo) por trabajar como "Negro"? Además de que dicha palabra nunca me gustó, han de saber que escribir para otros les puede hace ganar casi diez veces más. Es decir, tanto si eres famoso y conocido además de buen escritor -condición ésta indispensable-, como si escribes bien desde el absoluto anonimato, la profesión de 'negro' se nos viene a poner de moda. Vayan pensando si deciden la fama y el escaso peculio del escritor de cara a la galería, o prefieren dedicarse -pueden dejar atrás su carrera literaria, desaparecer físicamente del mapa- a escribir para otras caras conocidas que nos dan gato por liebre haciéndonos creer que son escritores, incluso con premios incluidos en su haber; más increíble aún, a los últimos escándalos de los amañados premios Planeta y otros varios, debemos añadir la menos fantástica odisea de inventarse un escritor, ponerle nombre y apellidos a una cara y sacarse de la chistera un nuevo mago de la literatura. Y digo mago por lo de convertirse en una máquina de hacer dinero, ¿me explico?
Márketing aparte, todas estas rocambolescas artimañas y piruetas editoriales acabarán por llevar al desastre el hasta hace pocos años muy honroso oficio de escritor.
Me da pavor pensar en quienes se esconden tras esa máscara de "falsedad". Yo intentando aprender de este o aquel escritor o escritora a quienes admiro y me va a resultar que como escritores son peores que yo, en tanto que no lo son, sino que lo que sí son, innegablemente, es buenos actores. Escritores no serán, pero actores no cabe la menor duda que sí.
Señores y señoras, servidora prefiere ser una NEGRA, ¡qué palabreja poco afortunada! Que nadie vea mi cara, no sepan mi nombre, vivir una vida apacible sin los esfuerzos enormes de escribir durante horas para luego romper y echar a la papelera mis ideas abortadas, no zascandilear de ciudad en ciudad cual titiritera haciendo mercantilismo de mi obra que me brindará escaso capital pero mucha soledad y firmas de libros, ferias nacionales e internacionales... Y no digo que ser negro no suponga un gran trabajo. ¿SIGO?
El antiguo oficio de escritor está perdiendo su ‘glamour’, como las estrellas del celuloide -oigan-, y una ya no se fía ni de su sombra, que negra no se es... -todavía- pero estamos asistiendo al alumbramiento de autores que explotan cual estrella rutilante para brillar una, dos, tres temporadas a lo sumo. ¿Será por eso que dicen que desaparecen enseguida los libros de los escritores noveles de las librerías?
La contestación me la sé: "Se escribe y edita mucho, y se vende poco". ¿Qué me dicen de la aseveración de que se lee poco en nuestro país? Será éste el motivo que da pié a la creación de novelas escritas a cuatro manos o 'negros' que dan nombre a personas que buscan más notoriedad que dinero. Si pienso mal creo que tras todo este análisis o ejercicio de mal pensar hacia mis presuntos colegas escritores -que será la impresión que doy tras leer esta enjundia de escrito- llego a la conclusión de que las fusiones entre editoriales para fortalecerse económicamente y formar esos grupos donde ya no sabes qué compañía absorbió a la otra, -por tanto, tienen varios nombres y nunca sabes cual es la principal- acabarán por devorarse a sí mismas; la pescadilla que muerde su cola es el mejor símil para el círculo vicioso en el que autores y editores podemos estar dando ‘el do de pecho’ al tiempo que no nos sale ‘un falsete’.
Puede parecer que servidora está echando piedras en su tejado, que ya se sabe que no se debe decir de esta agua no beberé ni tampoco escupir en la mano que te da de comer, porque ¿quién sabe qué puede ser de mí y de usted dentro de unos años? Si llego o no llego, me quedo a medio camino o no de mi carrera literaria, las posibilidades para ganarse el pan en el mundillo literario empiezan a ser variadas y dependen del objetivo de las personas implicadas.
Todo en función del color del dinero y del montante que se obtenga. Y pongan en la balanza y decidan entre ganar buenos dineros, o ser famoso y retratarse al lado de los Reyes en la primera recepción que les concedan a algunos privilegiados del gremio. Porque ya saben, ser escritor siempre se ha considerado una profesión para la cual hay que estar bien preparado intelectualmente... Y saber estar, para codearse con lo más granado -algunas excepciones meritorias hay, lo sé y me congratulo por ellos- de la Sociedad, además de saber lidiar con la envidia y moverse con agilidad felina antes que alguien te ‘descubra’. Hasta ahora era así, tal parece que empiezan a salir de la sombra, con audacia pintada en el rostro: Sin miedo y con la frente bien alta, que tampoco me parece mal, oigan. Cada cual se reivindica como quiere, y puede. Tan sólo el respeto hará que los ‘negros’ sean bien vistos y mucho mejor valorados.
Empiezan a crearse precedentes. ¿No vieron la noche del diecisiete las noticias de la Primera? Pues eso... Un 'negro', y además, conocido y amigo mío -se me llena la boca al decirlo: ¿Somos amigos ya, JM?-, dió la cara en televisión, salió así de la penumbra, sin remordimientos. Cada cual que piense lo que quiera. El libro albedrío, ¿recuerdan? Para cosas así es que sirve.
Dicho lo cual, sabrán si servidora una vez consiga editorial, seguirá abanderando el noble oficio de escribir o preferirá ¿llenarse los bolsillos? sin mover un dedo sobre el teclado. Pero por favor, si decido la segunda opción, no me llamen Negra, que no soy racista ni es palabra apropiada para designar dicha profesión.
A quien corresponda, le digo: Vayan pensando una, -palabra, claro- parece obvio que un nuevo oficio acaba de nacer.
Servidora lo que tiene bien claro de momento es que escribe por vocación, porque no sabe vivir sin escribir y porque aunque pobre, una es honrada consigo misma...
¡Tiempo al tiempo! Claro que, primero, tendré que terminar mis novelas.
NOTA: No ha sido mi intención criticar ni utilizar el presente artículo con alevosía, ni he querido ir contra 'negros', escritores famosos y noveles, editores ni editoriales, ni a nadie que se mencione en este artículo incluyéndome a mi misma. Mi intención ha sido plasmar una realidad que se vislumbra en el panorama literario abarcando el máximo de perspectivas posibles para analizar la situación desde sus pros y sus contras.
Alicia Rosell, poniendo ironía a unas cuantas medias verdades y a algunas medias mentiras.
Una cosa es la escritura y otra el mercado. A veces son cosas compatibles, a veces incompatibles.
Y en caso de incompatibilidad, uno debe elegir.
Posted by Enrique Baltanás | miércoles, 20 septiembre, 2006
¡Gracias, D.Enrique, por darme un poco de luz!
Lo sé, y así creía haberlo expresado: De eso se trata, 'de elegir'. Yo expongo mi elección al final. (Lo dejo claro, espero)
Pero si me muero de hambre con la Literatura vocacional tendré que buscarme el pan trabajando como negro, si fuera necesario.
Aunque, como bien digo, no es la forma en la que yo veo el oficio de escritor.
Es un debate interesante el que puede crearse en torno a ello, por eso, y sólo por eso he dado un tono crítico e irónico a mi texto.
Un saludo, D.Enrique, gracias por leer enjundia semejante. Le aseguro que tengo textos mejores que esta crítica a lo largo del blog.
Un saludo afectuoso,
Purificación.
Posted by Alicia Rosell | miércoles, 20 septiembre, 2006
Muy interesante lo que leo. Aunque mercado y escritura sean cosas distintas, ambas se unen en un momento dado, una al servicio de la otra y viceversa. De otro modo, no se darían los casos que se están produciendo ultimadamente.
Francamente acertada esta disección llena de ironia bienintencionada sobre la realidad literaria que nos asiste.
El anónimo de momento no dice su nombre.
J.A.L.
Posted by Anónimo | miércoles, 20 septiembre, 2006