EL ÉXITO DE LA NOVELA ROMÁNTICA (Deja tu opinión: Hay 10 comentarios)
La novela de sentimientos atraviesa uno de sus mejores momentos. El género romántico copa ya el 4% del mercado editorial español y todavía no ha tocado techo. La creación de sellos especializados, la irrupción de heroínas con más personalidad y menos recatadas y unas lectoras tan apasionadas como compulsivas han acabado por poner de moda una literatura basada en el amor y los finales felices. Ignoradas en los circuitos literarios tradicionales, lectoras y autoras se mueven en la red.
Ellos marcan pectoral y ellas cinturas de avispa en portadas atrevidas y coloristas, arropadas por títulos como Dulce y salvaje, Hacerse ilusiones o Aún te llevo en el corazón. Novela romántica, de sentimientos, chick lit o literatura rosa, cualquiera de esas definiciones encaja con un género en alza cimentado en dos reglas básicas: historias de amor y final feliz. Triunfan los escenarios exóticos, las grandes sagas, los fenómenos paranormales, la Regencia y las historias épicas de la legendaria Escocia. Del lado de las lectoras se encuentran mujeres compulsivas, fieles y apasionadas, con una edad que oscila entre los 20 y 50 años, capaces de devorar los nuevos títulos y esperar ansiosas las novedades.
Buena parte de los títulos se venden en centros comerciales España parece vivir en los últimos años una explosión de títulos y de lectoras. Los editores tradicionales han descubierto un nuevo mercado del que no conocen gran cosa pero algunos han decidido arriesgarse y crear sellos especializados, en un género copado por el público femenino. Plaza & Janés ha recuperado Arlequín; Esencia, del grupo Planeta, ya dispone de una edición de bolsillo; Manderley, del grupo Santillana, despuntar con novedades interesantes; Urano cuenta con Titania, Mondadori con Cisne... No son los únicos. Los nuevos títulos registran ventas de entre 4.000 y 7.000 ejemplares y se publica una media de 15 novedades mensuales, en su mayor parte traducciones del inglés. El movimiento de títulos es tan rápido que tal como salen se consumen. "Se trata de un mercado estable, donde no se producen grandes fracasos y en el que las reediciones son impensables", aclara Laura Falcó, directora general de Esencia. En el año 2000, el porcentaje de venta en el mercado español era mínimo y el año pasado llegó al 4%, lo que supone unos ingresos de unos 30 millones de euros, de los cuales el 55% son ediciones en rústica y el 45% restante, en bolsillo. Las cifras aún no han tocado techo.
El auge experimentado por este tipo de literatura no ha conseguido, sin embargo, mejorar su imagen. Hay gente que todavía arruga el ceño cuando oye hablar de la novela romántica y autoras que se ocultan bajo un seudónimo. "Éste es un país cargado de complejos especialmente en el terreno del sexo, del amor y de la política", asegura desde su casa en Asturias Corín Tellado. A sus ochenta años, con graves problemas en la vista y sometida a diálisis, la dama de la novela rosa española por excelencia, con casi 4.000 obras publicadas, sigue en activo. En uno de sus viajes por San Francisco, Corín Tellado comprobó cómo las mujeres adquirían sus novelas en el quiosco y se las llevaban tranquilamente a la playa, algo impensable en nuestro país, donde en la época en la que ella empezó a escribir una mujer podía ser tachada de prostituta si paseaba con un hombre de la mano. Hubo un tiempo también en que Yolanda Domenche, informática de 34 años y gestora de la página web elrinconromantico.com, forraba los libros para salir a la calle, pero la situación ha cambiado: "Las mujeres nos hemos liberado y ya no nos avergüenzan ciertas cosas. Ahora se habla abiertamente de sexo y algunas de las novelas son de alto contenido erótico", añade.
La normalización del género ha llegado acompañada también de una oleada de heroínas que poco tiene que ver con las mojigatas de antaño. Ellas saben cómo llevar una relación y cómo moverse por el mundo, aunque, como corresponde a la norma obligada del género, luego caigan rendidas al amor "verdadero". No es ajena tampoco al éxito del género una hornada de ilustradores que han convertido las portadas en un reclamo más. "Lo destacable de los últimos años no es el aumento del número de lectoras", asegura la escritora argentina Florencia Bonelli. "Lo que ha subido ha sido la oferta de libros, que era muy pobre. Puede ser que, como consecuencia de esta presencia más rotunda en el mercado, nuevas mujeres hayan conocido el género -algunas me dicen que no tenían idea de que existiesen libros tan emocionantes- y se hayan hecho adeptas, no porque carezcan de vida amorosa o porque la que tienen no las satisface sino, simplemente, porque no hay nada más gratificante y bello que leer una buena historia de amor".
Pese a los avances vividos y el optimismo de los amantes del género, muchas librerías no cuentan con estos libros entre sus fondos. Otros, los más punteros, ya han colocado bien visible una sección de romántica. La mayor parte de los títulos se venden en grandes almacenes -un 70%-, en tiendas online de segunda mano y en mercados callejeros. Hasta no hace mucho funcionaba el boca a boca, pero ahora las lectoras controlan el mercado a través de la red y, en cierto modo, es precisamente ese espacio virtual el que ha posibilitado la explosión actual. A través de esas páginas virtuales las internautas reclaman nuevas obras de sus autoras favoritas, critican despiadadamente lo que no las convence y protestan si las traducciones no se encuentran a la altura. Un ejemplo. Elrinconromantico.com ha recibido 700.000 visitas, algunas desde Florida o de pueblos remotos de Chile y se han dado foros en los que han participado hasta 300 personas. De hecho, muchas de las internautas se conocen desde hace años. La influencia de estas páginas es tan fuerte que se han detectado ataques de hacker tratando de sabotearlas.
Hasta ahora el mercado parece dominado por las autoras anglosajonas. Son las reinas del mercado. Entre las superventas destacan nombres como los de Julie Garwood, Linda Howard, Luisa Kleypas, Robin Schone, Diana Gabaldón o J. R. Ward. Y entre las de habla hispana Ángela Becerra o Florencia Bonelli empiezan a alcanzar puestos destacados, pero la falta de firmas ha provocado que algunas editoriales empiecen a lanzar sus redes hacia periodistas o columnistas de moda en busca de posibles autoras, especialmente en lo que se conoce como chick lit, un género surgido a raíz del éxito del Diario de Bridges Jones, best seller escrito por Helen Fielding en los noventa, protagonizado por una heroína superficial, romántica y nada feminista. Tras su estela triunfan autoras como Candace Bushnell, creadora de Mujeres en Manhattan y autora de Sexo en Nueva York, que dio lugar a la conocida serie televisiva. Este subgénero de la novela romántica se caracteriza por utilizar entornos urbanos y argumentos centrados más en la vida de la protagonista que en su relación de pareja. En general, se trata de mujeres trabajadoras y de éxito, casadas con jóvenes atractivos pero dispuestas a hacer barra y ligar si se tercia.
Como lectores los hombres ocupan porcentajes muy bajos. Según datos de la directora general de Esencia, el 80% de los compradores son mujeres. La relación del hombre con esta literatura se puede comparar con su actitud ante las revistas denominadas del corazón. "Ellos no las compran, pero las leen", añade Laura Falcó. Por experiencia propia Bonelli llega un poco más lejos: "Los hombres desdeñan el género ('eso es cosa de mujeres', dicen) pero cuando, creyendo que se trata de una novela histórica, como sucede en mi caso, toman el libro y luego no pueden dejarlo. Y no los atrapa solamente la referencia histórica sino que se fascinan con el romance de los protagonistas. Tengo muchos lectores que me escriben a mi casilla de correo confesándome cuánto les ha gustado la historia de amor", asegura Florencia Bonelli.
¿Cómo se justifica entonces el desdén de la crítica? "Muchas veces me he hecho esta pregunta y he tratado de analizar el porqué de esta actitud, sin llegar a elaborar una respuesta que me satisfaga. ¿Será porque reivindica viejos valores (los de la fidelidad, los de la caballerosidad, los de la nobleza) que están pasados de moda? ¿Será porque ya nadie cree en el amor eterno? ¿O porque no les gustan los finales felices, los tildan de cursi?", concluye Bonelli.
Algunos estudiosos del género argumentan que el boom de la novela rosa podría estar relacionado con el auge del número de divorcios y la pérdida de valores. Otros llegan más allá: para las mujeres el género cubriría el hueco que los hombres llenan con la pornografía. Bonelli expresa su desacuerdo con esta teoría: "La pornografía es sexo crudo, sexo por el sexo mismo, pura lívido. En la novela rosa, en cambio, el sexo es consecuencia única y directa del amor, se justifica en el amor, y hablo del verdadero amor, ese que sacrifica todo por el ser amado, ese que dura para siempre".
Autoras, editoras o gestoras de páginas web parecen haber crecido con el género. Antes que nada son lectoras. Yolanda Domenche empezó a los 12 años a leer en la casa de sus abuelos las historias populares de Rafael Pérez y Pérez; con la mayoría de edad conoció Jane Eyre y a Jane Austen y, a partir de ahí, esa afición se convirtió en fijación. Un caso parecido al de Bonelli. Cuando comenzó en 1997 a escribir su primera novela -Lo que dicen tus ojos- ya conocía bien el género... De hecho, empezó a escribir después de haber leído una novela llamada El árabe, de la inglesa Edith Hull, que le conmocionó tanto que hizo estallar en ella el deseo de crear sus propios personajes y sus propias historias.
Lean aquí mi propio artículo: "SOBRE EL GÉNERO ROMÁNTICO"
Etiquetas: Noticias del mundo editorial, Reportajes literarios
No me da ningún reparo decir que en novela romántica me lo he leído también todo. También justamente por mi abuela que los tenía por casa. Mi vicio Victoria Holt.
Un beso
Posted by Carmen Fernández Etreros | miércoles, 19 septiembre, 2007
Hola, Mari Carmen: Me agrada que compartas conmigo el motivo que te hizo comenzar a leer. Ay, las abuelas, niña... Qué evocadora tu escena con ella leyendo en su mecedora.
Curiosamente, yo sólo he leído una novelita de Corín, pero es que no he comenzado a leer romántica hasta hace un año. Curioso en mi, que soy persona que trata mucho este tema en sus textos, pues como bien apuntas, el Amor está presente en nuestras vidas y no hay que avegonzarse en hablar de ello.
¡Pues otro éxito de la novela romántica, maricarmen! Así fue como comenzaste a devorar libros.
Gracias, linda, por tus visitas y comentarios. Te sigo leyendo, amiga.
Abrazotes,
Alicia.
Posted by Alicia Rosell | miércoles, 19 septiembre, 2007
Hola, querida Peonía, Carmen: Pues fíjate que me das un alegrón. No sabía yo todavía que tienes gusto por leer novela romántica. ¡Y que no piense nadie que es por ser mujeres! conste que no todas las féminas son románticas...
Qué casualidad que tanto Mari Carmen como tú tengáis que agradecérselo a vuestras abuelas. Es maravilloso lo que hacen por nosotros, amiga.
Victoria Holt es din duda alguna la más elegante. No la he leído tanto como a otras, porque hay muchas y cada día descubro una mejor. ¿Sabes lo curioso de la novela romántica? Que aunque a muchos les cueste creerlo, el nivel de las escritoras es altísimo, son novelas algunas con ambiente histórico muy bien documentadas, con una labor de investigación y trabajo detrás que ya quisieran muchos escritores hombres que la denostan y rebajan tildándolas como género menor.
Amiga, gracias por tu comentario. No me olvido de ti, que lo sepas, en ningún sentido.
Besotes, Carmen. ¡Hasta pronto!
Alicia.
Posted by Alicia Rosell | miércoles, 19 septiembre, 2007
Qué interesante artículo has compartido. Gracias.
A mi me preocupa que nuestras jóvenes les parezca aburrido leer novelas románticas, lo ven como cursi. Creo que aún nos hace falta a las que leemos a menudo, fomentarles que no es así. Quizá los valores o la modernidad se ha perdido, pero bueno, yo soy una romántica emperdenida. A veces es bueno estar en el planeta azul.
Recibe muchos abrazos y muchos cariños.
Posted by Clarice Baricco | sábado, 22 septiembre, 2007
Hola de nuevo, Graciela: Interesante el tema de la novela romántica y más interesante este artículo que ya me hubiera gustado a mi haberlo escrito. Sobre todo, porque estoy de acuerdo en cada punto que se señala, y porque soy defensora de un género que está menospreciado cuando en realidad logra grandes beneficios para las editoriales.
Las cosas empiezan a cambiar, y me alegra que vayan surgiendo más autoras de habla hispana. Y no estaría mal que se apuntaran algunos hombres, que haberlos los hay, por ejemplo, Marc Levy o el famoso modelo Fabio, el de las portadas y alguno más, que curiosamente se ampara tras un nombre femenino o escribe como negro. ¡Increíble pero cierto!
Las jóvenes no son quizá tan románticas como nosotras porque han recibido otra educación muy distinta. Quizá por ello cueste hacerles leer un poco de todo, incluyendo la novela romántica. Soy optimista respecto a esto. La Sociedad sigue cambiando.
Me gusta tu frase final: Efectivamente, a veces es bueno estar en el Planeta Azul. Estar con los pies, el corazón y la cabeza.
Abrazos entrañables desde mi tierra para tu hermosa México. Nos leemos, Graciela.
Alicia Rosell.
Posted by Alicia Rosell | domingo, 23 septiembre, 2007
¿Qué tienen de malos los finales felices? Creo que sin final feliz muchas obras literarias no acaban... Yo tengo que ponerle uno a lo último que estoy escribiendo, que iba a ser una novela y, por falta de editorial, se ha convertido en un blog (de ficción) en el que estoy dejando muchos sudores.
Me gusta tu página. Está llena de ideas (y sentimientos)
Posted by Félix Amador | lunes, 24 septiembre, 2007
Bienvenido, Félix: Me alegro que pienses así sobre los finales felices. Claro que el tema de fondo es que la novela romántica tiene adeptos pero no se apuesta por ella.
Y es que la vida ya es bastante dura como para no 'endulzarla' con lecturas que acaben bien...
Puede que tengas razón en cuanto a lo de que sin finales felices algunas obras literarias no acaban. Estoy recordando el caso de 'Lo que el viento se llevó': se publicó una segunda novela para que tuviera final feliz. Sin embargo, no enganchó tanto como se esperaba. Ni siquiera en su versión para la televisión.
'La Regenta', 'Ana Karenina', 'Madame Bovary' o 'La Dama de las Camelias', son sólo algunos ejemplos de Grandes Obras Literarias que acaban mal. Claro que eran otros tiempos,y se escribía para moralizar y 'castigar' a la 'adúltera'. Algo imperdonable sino fuera porque la pluma que las creó era la de grandes autores clásicos.
Te deseo suerte con tu novela; no cejes en el empeño de encontrar editor. Quien no llama a las puertas más difícil lo tiene. Auto-publicarte o el blog que has creado puede ser un buen punto de partida...
Gracias por tu comentario. Puedes volver cuando gustes.
Saludos cordiales,
Alicia Rosell.
Posted by Alicia Rosell | lunes, 24 septiembre, 2007
He dsfrutado "leyéndote".Mi vicio se llama victoria Holt,también me gustan Jane Auten,las hermanas Brontte,pero... todavía no conocía a las autoras de habla hispana,gracias.
Algún día me gustaría hacer también mi aportación,ahora que tanta falta hace...,
Un tierno saludo,
Laura
Posted by Anónimo | domingo, 30 septiembre, 2007
Hola, Anónimo, pero ¿firmas Laura?:
Gracias por leerme, pero si te refieres a este artículo, es producto del 'copy-paste', como bien digo más arriba.
Si deseas leer algo más referente a este tema, pero escrito por mi, te remito al siguiente enlace dentro de este mismo blog, aunque también lo voy a poner como vínculo en esta misma entrada. De este modo me podréis leer 'de verdad'.
Y ya sabes, si tienes aportaciones de novela romántica, hay que salir a la palestra, como bien dices, tanta falta como nos hace. ¡Ánimate, pues!
Este es el enlace: Data del 5 de marzo de 2006.
http://aliciarosella.blogspot.com/2006/03/
mis-impresiones-literarias.html#links
Posted by Alicia Rosell | martes, 02 octubre, 2007