"Podrán cortar las flores, pero no detendrán la primavera"(Neruda)

miércoles, 15 de abril de 2009

EL BIEN, NO PUEDE SER CLANDESTINO (Sobre Antonio Martínez Úbeda)crít

EL BIEN, NO PUEDE SER CLANDESTINO.


PUBLICADO EN PRENSA CRISTIANA NEW YORK.



ANTONIO MARTINEZ DE UBEDA


"El bien, no puede ser clandestino..."


Y en la moralidad, las decisiones que por Mosaicas no pueden ser aborrecidas. Donde si no, los principios de conciencia del bien y del mal. Las genealogías humanas, no son comparativamente correctas con ninguna teoría o superteoría histórica, cuando se anula la bondad, y el buen hacer.

Y dice la Biblia que en el principio creó Dios al hombre y a la mujer. Los interesados en percatarse de que el bien a la mínima oportunidad no resplandezca, se afirman al partido de Caín y de las sucesivas degeneraciones morales, que hacen vislumbrar, que la desobediencia es inicio de dolores, de sufrimientos y de muerte. Existe la devaluación moral mundial, -y realmente está en superavit- y coincidiendo no por casualidad con la actual crisis económica. Y es resultado en análisis de conciencia, de la Palabra, que es la más antipalabra de los decididamente –anuladores del bien-. La fe es por el oir, y el oir por la Palabra de Dios.

Vuelva América a inclinar las rodillas al único Dios verdadero, al que es sobre todo nombre. Hazme recordar, porque nada hay oculto que no haya de ser manifestado.
Recordemos el llamamiento evangélico, con tono de evangelistas y profetas. En nuestro siglo veintiuno, las capacidades tangibles para predicar, y llamar a las almas a la salvación y arrepentimiento, han de ser declaración de poder y entrega, visión y tarea, para los que primero han ido al campo y a la hora de recibir el salario, miran en la fila….salvos y más salvos.

Es momento de salvación y avivamiento, de entrega por los errados, heridos y perniquebrados. Donde los Jonás de las Nínives modermas.
Y oigan los nacidos de nuevo, y los que leen estas páginas para que sepan que como aquella joven Esther, en la fe una mujer valiente, no se atemorizó sabiendo que podría perder su posición en el trono. Pero hubo quien le dijo que no olvidara que su pueblo sufría e iba a ser destruido y que recordara que tal vez para ese momento había sido llamada.

La contestación firme y arriesgada por valor y honestidad, fue… ayudaré a mi pueblo, y entraré a ver al rey, y si perezc
o que perezca. L a diferencia es que nuestro Rey no nos hará perecer, y nos llevará de triunfo en triunfo. Pero muchos temiendo la pérdida de valores, honores y economías, no entran al atrio de la oración, para hablar con el Dios verdadero, en el nombre de Jesús, y pidiendo que el Espíritu Santo interceda.

El nuevo diccionario de los hombres y muje
res de fe, que harán de Nicodemo y de Esther, está por verse. La madurez ha de ser bíblica, no psicológica ni cinematográfica y de consultorio psiquiátrico, no. Volvamos a frases de posición evangélica. Si Dios conmigo, quien contra mí.Y no te he dicho, que si creyeres verás la gloria de Dios. Y el pueblo nacidamente Nicodémico entenderá, pero sólo el que tenga oídos para oir. Sólo así se verá la gloria de Dios.

El haber nacido de nuevo y que te cataloguen cristiano evangélico, cristiano protestante, carismático, no es término ecuménico, es término de conversión, de inicio de santidad. Porque sin santidad nadie le verá. El bien no puede ser clandestino. La Biblia ha de volver a ser oída, para no errar y olvidar el poder de Dios. Actualmente hablar del sentimiento espiritual, en el reconocido Espíritu Santo, es para muchos extraño, y aún más de atrevimiento a manifestarlo. Pero no lo es, el hablar de famosos espíritus en films, en edición escrita con expansión mundial, en personajes fantasmagóricos, similares o no a magos y diablos decorados. Pero eso es de fama, y de moda.

Se están sembrando oledas de juicio, ¿verdad?
Que tu moral sea el bien y la decisión de decir creo, y por conciencia no permitiré la comunión con el mal. No ofendiendo al vecino y discutiendo con el hermano en la fe, sino creyendo en el que todo lo puede, el buen Pastor, y que puede ser reconocido como el que dijo : Yo estoy a la puerta, y si alguno llama, yo entraré… Y sepan los nacidos de nuevo, que el trabajo en el Señor no es en vano.

Y tanto si está en la escalera del palacio, como dentro, incline sus rodillas. Por usted, por su familia, por su país, porque el
bien no puede ser clandestino.


Antonio Martinez de Ubeda


ARTICULO PUBLICADO EN PRENSA CRISTIANA NEW YORK

A modo de breve biografía

Antonio Martinez de Úbeda nació un 13 de febrero, en Barcelona. Es hijo de Juan Martínez de Úbeda (1928 -1953) quien fuera insigne humanista, escritor y periodista.

Pertenece a la
Asociación de Escritores y Artistas Españoles. Es asesor cultural de la Fundación Runa Simi de Perú; Colaborador del Periódico on line Andalucía Liberal. Columnista de Prensa Cristiana New York. Villamalea, tierra adoptiva de dos poetas.

Antonio Martínez Úbeda es miembro de LA VOZ DE LA PALABRA ESCRITA INTERNACIONAL y colabora con sus poemas y ensayos humanísiticos. Esta es su página en la red:

http://hispanoramaliterario2.ning.com/profile/ANTONIOMARTINEZDEUBEDA

UNO DE SUS MUCHOS POEMAS...

ES TIEMPO

ES TIEMPO DE QUE EL POETA SE HAGA PROFETA.

ANTEAYER ENTRARON EN LA CENA COMENDADORES
CON BLASONES QUE A PUEBLO ACAYARAN,
POLITICAS DEMAGOGIAS QUE NO FRUSTARAN
AL MARISCO EMPARENTADO CON SABORES

Y QUE AL VINO NOBLE RINDIESE HONORES.
Y ES TIEMPO DE QUE LAS SIEGAS SE SEMBRARAN,
Y QUE LAS BARCAS PECES PESCARAN
PARA BOCAS DE HAMBRES QUE DAN RUMORES.

SE ME ROMPEN LOS VERSOS ANTE PISTOLEROS
QUE JUEGAN A PELICULA Y HACEN BASUREROS.
SE ME DOBLAN LAS RIMAS CUANDO NIÑOS SON MIRADAS

PEQUEÑAS, CON GRANDES ADVERTENCIAS DADAS.
SE ME HUECAN LOS OJOS ANTE VIEJOS ALZEIMADOS
QUE OLVIDAN LOS PASADOS, EN FUTURO ENRAIZADOS.

ES TIEMPO DE QUE EL POETA SE HAGA PROFETA.


ANTONIO MARTINEZ DE UBEDA

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miércoles, 9 de abril de 2008

Alicia Rosell crea la Red de Escritores Hispanos: LA VOZ DE LA PALABRA ESCRITA



Tercer programa de 'Hispanorama Literario con Alicia Rosell'

‘INVITACIÓN A COLABORAR, ESCUCHAR Y DAROS A CONOCER DESDE MI PROGRAMA DE RADIO’

Queridos amigos: Ya ha salido mi tercer programa de 'Hispanorama Literario'. Estuvo demasiado tiempo paralizado y es momento de mi regreso en solitario, pues ya no transmitiré a través de radioaxioma. El motivo de este mensaje es pediros que os animéis a participar conmigo en esta gran aventura que es la Literatura a través de la Red. Podéis colaborar con reseñas de libros, relatos cortos o poemas vuestros, entrevistas, etc. Y si es con vuestra voz, tanto mejor...

Daremos noticias de la publicación de vuestros libros y se pueden pasar entrevistas grabadas que os han hecho o las que yo os haga.

Podéis instalar ‘SKYPE’ para esto -se descarga desde Google gratuitamente-, algunos sé que lo tienen, e interactuar hablando conmigo sobre temas sugeridos por vosotros y por mí misma, así como enviarme en archivo .mp3 vuestros propios audios donde recitáis, entrevistáis o para enviarme mensajes para mí o el programa, grabados en dicho formato. Todo por vuestra promoción y la de vuestro entorno, ciudad, comarca o país. También sirve hablar de obras literarias de los grandes autores vivos o fallecidos. Nunca debemos dejar en el olvido a quienes sentaron sus dotes literarias e influenciaron a lectores que luego fueron, son y serán escritores.

Estoy comenzando esta andadura yo sola, y aunque soy emprendedora, esto no da dinero; pero tampoco lo dan los blogs. Al menos al comienzo. Aunque sí os adelanto que tengo contactos suficientes para echar a andar lo que ahora es un proyecto de radio-podcast y convertirlo en una vía para ganar un dinero extra, claro que a medio-largo plazo. Habrá que ver primero cómo sale el tema.
Estaré encantada de que me escribáis y me digáis: sí o no. Nadie está obligado. Esto es emprender una aventura al lado de Alicia Rosell, pero no os preocupéis, soy emprendedora y luchadora. Ante todo estaré del lado de quienes deseéis colaborar conmigo, y cada cual me dirá en qué rama desea hacerlo.

Estoy segura de que entre todos podemos hacer un programa literario bonito que después me encargaré de distribuir por más webs, -de hecho ya tengo algunas- y cuento con varios colaboradores argentinos escritores dispuestos a echarme una lanzadera desde el otro lado del Charco.

Sí os pido que os pongáis en contacto conmigo lo antes posible. Os he escogido a vosotros por ser contactos directos y en algún momento hemos mantenido correspondencia. Ojalá os animéis, y si no os parece rentable -no hay dinero de por medio- por el momento, también podéis auto-publicitaros a nivel internacional.

Gracias a todos de antemano por leer este mensaje, y espero ansiosa vuestras contestaciones. No temáis. Podéis opinar lo que juzguéis oportuno.

Os mando un fuerte abrazo a todos y cada uno de vosotros. ¡Sed felices, por favor!


NOTA: ¡¡EN CUATRO DÍAS LLEGAMOS CASI A LOS CIEN MIEMBROS!!

Alicia Rosell, 2 de abril de 2008. ‘HISPANORAMA LITERARIO con Alicia Rosell’ (Por la Unión de las Culturas Hispanas) CONTACTAR CONMIGO:

alicia.rosell@yahoo.es - hispanorama.literario@gmail.com

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viernes, 14 de marzo de 2008

Carta a mi mujer - Francisco Umbral


Presentado un libro póstumo de Francisco Umbral



Carta a mi mujer

Francisco Umbral

El Umbral más insolente y escritor se muestra en esta fotografía que María España, su mujer, le hizo en los años sesenta.

Prólogo de Pere Gimferrer.
Planeta. Barcelona, 2008.

Muy diversas especies narrativas habitan el mar de vastas dimensiones de la prosa de Francisco Umbral (Madrid, 1935-2007). Viven en él novelas rupturistas y novelas un poco cercanas al relato centrado en una historia aunque nunca convencionales. Hay novelas puramente autobiográficas, narraciones históricas y relatos culturalistas a un paso del ensayo. Muchos títulos de la nómina centenaria del autor, los más populares y controvertidos, se sostienen en la urgencia cronística. Además, unas cuantas obras de este autor muy esteta aunque le consagrara la inmediatez de la Prensa, responden al impulso poemático, el motor más potente de su escritura.

Aquí, en este último sector, se hallan los mejores libros de Umbral, en primerísimo lugar el que ha merecido un reconocimiento unánime, algo bien de notar en un autor polémico, Mortal y rosa, la elegía poemática escrita a raíz del fallecimiento del hijo único todavía niño. Cerca por tratamiento se encuentra El hijo de Greta Garbo, otro libro mayor del autor, nueva elegía, ésta motivada por el recuerdo del fallecimiento también temprano de la madre. Al “poema en prosa de mi vida”, surgido de la pérdida del hijo, y al “poema en prosa de la madre”, tal como el propio Umbral ha definido respectivamente ambas obras, le faltaba el correspondiente poema en prosa motivado por el otro vértice de su existencia, la esposa, ausencia llamativa en sus incontables páginas, llenas de innumerables apuntes de la realidad cercana al autor.

La esposa es el destinatario y a la vez el pretexto de Carta a mi mujer, un manuscrito antiguo fechado en el otoño de 1985 y el verano de 1986. No es éste un dato irrelevante porque Paco Umbral, que incrementaba su bibliografía a un ritmo incesante, urgido por una perentoria necesidad de presencia pública y por razones económicas, no dio salida durante veinte años largos a esta Carta que, al parecer, había decidido publicar poco antes de su sorpresiva muerte.

De alguna manera, esta dilación en contra de los hábitos del autor se explica por el propio texto, ya que éste parte de una situación psicológicamente terminal y desarrolla, de nuevo mediante una elegía, el sentimiento de haber consumido la vida. Habría sido, pues, ilógico darlo a conocer antes. Llegada la madurez y palpable la soledad, este momento de “caos prefinal” propicia la recapitulación de la existencia movida por un agudo sentir premonitorio de la muerte. Desde esta situación irreversible, a partir de una mirada proustiana a un viejo coche “citroen GS”, el autor, de quien el vehículo adquiere la medida de símbolo (“qué otra cosa soy yo que un automóvil abandonado”), proyecta hacia el presente el pasado. En ese ayer que rescata en sus notas esenciales, decantadas por el subjetivismo lírico, está María, “mariamor”, su mujer, a quien dirige la carta, si bien el objetivo sea la iluminación autobiográfica del propio autor.

Con esta Carta remata Umbral una auténtica trilogía del sentimiento lírico, y semejante unidad la subrayan algunas notables coincidencias que establecen inequívocos vínculos entre los libros del ciclo: la incorporación de poemas, las páginas vanguardistas que contienen una sola frase, la contraposición de Beethoven y Mozart…

Carta a mi mujer es, como dice el título, una carta y también una novela y una conversación ensimismada y un diario y unas memorias y una confesión general. Por medio de esta mezcla de géneros, Umbral hace un retrato de mujer para explicarse a sí mismo. El escritor se muestra en una desnudez espiritual completa y se acoge a la mujer, samaritana que cuida su vejez, para salvarse. Él mismo la ha forjado como un arma para sobrevivirse, tal como dice con un verso de Neruda que repite a la manera de motivo vertebral. Por eso de ningún modo, y se preocupa de advertirlo, hace en la carta psicodrama matrimonial, ni anatomía de un matrimonio, ni cuenta penas de amor, ni ofrece la menor gratificación a quien pretenda entrar en las relaciones de pareja inducido por el morbo del cotilleo. Aunque, leída la carta al sesgo, se encuentren detalles de interés sociológico y psicológico, el empeño de Umbral es muy otro.

El propósito de Umbral es hacer literatura pura a partir de una acuciante vivencia de la temporalidad, reincidente asunto tanto del escritor como de este escrito. El tiempo, y su resultado, envejecer, estimulan un discurso lírico sin argumento, discontinuo, recurrente, hecho de fogonazos e instantáneas, que el propio autor reconoce como un experimento literario nuevo. Tal vez no tan nuevo porque su filiación está clara en la prosa lírica de Juan Ramón Jiménez o del Cernuda de Ocnos, aunque sí muy pertinente para su meta. Carta a mi mujer es prosa escrita desde la conciencia del artista de la palabra, de quien quiere alcanzar la creatividad verbal absoluta no para ser brillante (aunque lo sea) sino para decir ese núcleo moral de manera inédita. Por supuesto que este planteamiento implica el empleo de un largo repertorio de figuras de las retóricas clásicas: metáforas, imágenes, sinestesias, muchísimas anáforas… También supone la actitud formal muy libre ya indicada que llega incluso al experimentalismo lúdico de poner el mismo texto en dos páginas consecutivas; en una va en verso y en la siguiente en prosa, y ambos dicen lo mismo sólo que en orden contrario.

A esa misma voluntad de crear la realidad mediante el idioma responden otros recursos admirablemente empleados. Unas veces son expresiones de encendido lirismo, de arrobo (no poco irónico, con frecuencia) ante la naturaleza, las cosas, la desnuda realidad. Otras, un ejercicio onírico, una rienda suelta de lo visionario. O, en fin, con frecuencia se persigue la musicalidad de la frase, un decir rítmico que se acompasa con el pensamiento o la idea para expresar la ternura, la vehemencia, la duda, el asombro, el distanciamiento... A todo ello ha de añadirse un estilo que arroja fulgores de la prosa y logra intuiciones verbales como sólo son posibles en quien es capaz de convertir el mármol del repertorio léxico del idioma en plenas creaciones del estilo “mañana crudiza”, “mas tú sigues allá, en tus allaes”, “gimes, de pronto, con el quejido rompedizo de la adolescencia”. Con razón reivindica Francisco Umbral, insistiendo en lo que repitió muchas veces, el mérito de escribir, que es, advierte con énfasis, todo lo contrario de redactar. Esta actitud de artista de la palabra no produce, sin embargo, ninguna clase de recargamiento ni de barroquismo porque el autor adopta una postura de austeridad y pureza absoluta. En lo verbal y también en los contenidos. Pocas veces ha controlado tanto la materia anecdótica y aquí sólo por excepción se consiente algún desplante como llamarle “chufero” a Azorín.

Un lirismo intenso y esencial atraviesa la confesión elegíaca de ese “ser de lejanías”, por decirlo con otro de sus títulos mayores, que se ve a sí mismo egoísta y como desvalido, y se aferra a su mujer hasta el punto de encomendarle el “deber conyugal” de ser la “que tomará la vida en mi muerte”, la que le acercará de prisa una vasija “para que vomite el alma urgentemente”. Umbral se sujeta al máximo en esta Carta a mi mujer a la escritura del poema en prosa de la vejez presentida. La intensidad de la vivencia, sincera y sin afectación, y la maestría del estilo lírico pertinente al propósito poemático, no cronístico, hacen de este libro uno de los mejores de Umbral, de la misma superior categoría del tan celebrado Mortal y rosa.

SANZ VILLANUEVA, Santos


La Tristeza

Poema inédito de Umbral, de 'Crímenes y baladas y otros poemas', que aparecerá el próximo otoño, en edición de Miguel García Posada.

·

La tristeza ha venido como un buque vacío,

la tristeza ha encallado en mi pecho de piedra.

Me trae en sus bodegas toda una vida vieja,

quintales de nostalgia y el whisky que he bebido.

·

La tristeza ha venido con faros apagados.

No sé de dónde viene ni por qué me visita,

yo mismo soy un puerto donde para la noche,

el mar, como noviembre, va ya de retirada.

Somos un puerto unánime, puerto de tierra adentro,

donde llegan los meses como veleros lánguidos.

·

La tristeza ha venido y me golpea despacio

como el agua golpea en los acantilados.

Soy un acantilado de muertos sucesivos

y estoy aquí parado, bajo una lluvia fina,

junto al silencio frío del buque de la pena.

·

¿Cuánto dura noviembre, cuánto dura una vida,

cuánto durará un hombre que tiene ya en el pecho

ese peso dormido de los buques sin gente,

de los mares sin luna, de los mortuorios días?

·

(Por cortesía de María España Suarez, viuda de Francisco Umbral)


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lunes, 25 de febrero de 2008

MIS ENTREVISTAS DEL I CONGRESO DE AEN (Hay 1 comentario)




Ya estoy preparando el programa 'nº 3 de Hispanorama Literario', amigos radio-escuchantes.

Agradezco que algunas personas ya se hayan puesto en contacto conmigo para colaborar con sus textos. Como digo por radio: no me dejen pasar sola el puente que une nuestras culturas, porque les necesito. El engranaje de esta máquina que se ha puesto en marcha necesita aceite, porque el motor lo pone radioaxioma que me facilitó la herramienta -el programa- y su conductora, Alicia Rosell, necesita copilotos: ustedes.

Sigo esperando sus sugerencias y opiniones. Pueden hacerlo en este blog o mandarme un correo.
Si han publicado un libro, si quieren darse a conocer entre los países hermanos o si quieren poner su voz para ser escuchados, propónganmelo. Estoy aquí para ello. ¡Les espero!

Hoy a las ocho de la tarde en España, cinco de la tarde en Argentina, se emite mi segundo programa de radio, donde termino con mis impresiones sobre el I Congreso de AEN. Como en dicho programa no me da tiempo a poner 'todas las entrevistas completas que hice', aquí les dejo con ellas. Pulsen reproducir y escuchen. Pido disculpas de antemano por el mal sonido. Y es que el Congreso rebosaba gente.

"Un abrazo para todos y gracias a quienes me brindaron la oportunidad de ser entrevistados"

Alicia Rosell©© - 25 febrero 2008

ESCUCHEN TODAS LAS ENTREVISTAS QUE HICE EN EL CONGRESO





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martes, 12 de febrero de 2008

UNA GRAN NOTICIA NO SÓLO PARA LA CULTURA HISPANOAMERICANA



Nace Cervantes TV, el primer canal cultural de televisión en español con cobertura mundial


El Instituto Cervantes estrena hoy su televisión por Internet, http://www.cervantestv.es, que será el primer canal cultural de televisión en español con cobertura mundial.

Servimedia - Madrid

La directora del Cervantes, Carmen Caffarel, presentó en rueda de prensa esta nueva plataforma, acompañada de la secretaria de Estado de Cooperación, Leire Pajín, en su condición de presidenta del Consejo de Administración del instituto.

Caffarel dijo que con la entrada en funcionamiento de Cervantes TV, su entidad se convierte en la primera institución europea dedicada a la difusión de la lengua y la cultura con su propio canal de televisión.

La rejilla del canal, que será accesible a los discapacitados, tendrá en su arranque cuatro horas diarias de producción propia, e incluirá un boletín diario de 10 minutos, denominado «Culturas», que resumirá la actualidad cultural de España y dará cuenta de las distintas actividades del instituto en el mundo.

También ofrecerá tertulias, una revista cultural de una hora de duración y periodicidad semanal con reportajes sobre exposiciones y entrevistas y documentales culturales.

En el terreno educativo, Cervantes TV emitirá a partir del próximo mes de septiembre el Curso de Español que el instituto prepara en colaboración con RTVE, y que se calcula que seguirán dos millones de alumnos en el plazo de cinco años, así como contenidos suministrados por las academias de las autonomías con lengua oficial propia.

Según Caffarel, el nuevo canal, al que se añadirá la radio por Internet, se enmarca en el esfuerzo por la modernización del Cervantes que inició su predecesor en el cargo, el actual ministro de Cultura, César Antonio Molina. A su juicio, las nuevas tecnologías permitirán llevar su oferta cultural y educativa allí donde no tiene presencia física con uno de sus centros.

Leire Pajín afirmó que Cervantes TV constituirá «una revolución para las relaciones culturales internacionales y será un ejemplo a seguir» en otros países.
«Ya nada nos impedirá llegar a todos los que quieren aprender las lenguas españolas y conocer la cultura iberoamericana», señaló.

El Cervantes ha suscrito acuerdos con entidades como el Reina Sofía y Casa América, que abastecerán de contenidos al canal «on line».

Una noticia servida por Alicia Rosell para Hispanorama Literario a través de larazón.es

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sábado, 9 de febrero de 2008

Ángel Petisme presentó en Bilbao "Demolición del Arco Iris" (Agradezco sus lecturas: Hay 8 comentarios)




Ángel Petisme lee su poema sobre el 11 de septiembre



ÁNGEL PETISME PRESENTÓ EN BILBAO"DEMOLICIÓN DEL ARCO IRIS"
Fotos: Alicia Rosell©
Por Alicia Rosell

Bilbao, 8 de febrero de 2008


En Casa del Libro de Bilbao presentó ayer Ángel Petisme su último poemario, "Demolición del Arco Iris", editado por Baile del Sol.

La presentación corrió a cargo del también poeta y amigo de Petisme, José Blanco, una de las voces poéticas de Bilbao y su comarca, que daba la réplica al protagonista de la tarde. Aunque, si quieren que les de mi opinión, Ángel Petisme es tan campechano y humilde que hizo lo propio con José Blanco y antes de presentar su libro hizo él las veces de presentador de su amigo y colega. Todo un detalle que seguro no extrañó a José Blanco -pues se conocen desde hace muchos años-, y que da fe del carácter de este cantante y poeta maño que comenzó arremetiendo contra los locos que se han empeñado en destruir 'Los Monegros' construyendo allí una segunda versión de Las Vegas.

Como poeta, aunque nos deleitó con variados estilos, incluyendo algo de poesía romántica, es ante todo, un autor comprometido con la sociedad, su tierra y las injusticias del mundo. No es de extrañar que de su repertorio poético escogiera para leernos dos poemas sobre los indios americanos y su exterminio, un poema sobre Bin Laden y el 11 de septiembre -ver vídeo-: un hombre en la consulta del dentista mientras caen las Torres Gemelas, una estatua que cobra vida en el desierto de Los Monegros, una mujer amamantando a su bebé mientras sube a un cayuco, un perro que espera a su amo desde hace veinte años, un pintor obsesionado con los paisajes, su odio a Bill Gates porque los niños ya sólo navegan por la Red y no lo harán por el mar, dos amantes haciendo el amor en un hotel de Brooklyn, un poeta que enseña el culo a la luna desde un puente, un corazón con brazos del Ikea arrastrado por el agua de la lluvia en Lavapiés, Gerónimo, el jefe apache, 'resucita' vendiendo souvenirs a los turistas en la reserva o el cierzo azotando Bagdad para avisar que no es hora de morir todavía...

Son algunos de los personajes, escenarios e historias cruzadas que Petisme ha hecho cobrar vida en su libro, donde está también presente la prosa poética. En realidad, el libro nos muestra la preocupación constante del autor ante las injusticias del mundo.

Yo me atrevería a calificar a este hombre y poeta, que canta y escribe, como un luc
hador a ultranza contra el sistema que se nos impone desde los gobiernos y que no escatima el uso de tacos en su poesía ni tiene pelos en la lengua cuando los recita.

Su entusiasmo era tal que estaba dispuesto a leernos durante todo el tiempo que quisiéramos, mientras no cerrara La Casa del Libro...
El problema hubiera sido que su entusiasmo podía dar al traste con la venta de su libro poemario... ¡Pues no lo crean! En realidad, nos picó tanto la curiosidad con esa variedad de temas, que seguro firmó más que 'unos cuantos libros'. Y sino, quienes hoy lo tienen en Irún, seguro que le hacen justicia.

El resto de la presentación la grabé, pero esa tendrán que escucharla en mi programa radiofónico 'Hispanorama Literario'. Les avisaré a través de este espacio y del blog de mi programa Hispanorama Literario , cuando vaya a ser emitido.

Créanme que merece la pena escuchar a este hombre que 'tiene tablas', no e
n vano es cantautor. Se movía como pez en el agua, y para muestra, las fotos que les dejo entre el texto.

Hoy he intentado acercarles a la persona y el autor con su obra: Ángel Petisme.Vayan desde aquí mis congratulaciones para él.

©Alicia Rosell, 9 de febrero de 2008.


Portada del Libro, con una estupenda ilustración

Un poema del libro:
Plaza de Lavapiés


Llueve a mares y baja por la cuesta de Ave María
el líquido amniótico de los sueños.
Bajan las cicatrices, las llamadas perdidas,
la barbie abandonada y un árbol del amor,
los condones suicidas y los huesos de pollo,
el llanto de las razas, los mensajes borrados,
la belleza sin sitio, las fotos del eclipse…
Los juguetes enfermos, los dioses que no cambian,
los extractos del banco, las sillas de tres patas.
Sale la luna en Sombrerería y sale el sol en Olivar.

Un río ineludible de preguntas
desciende a la boca del Metro,
un ángel que volaba hacia atrás,
el alquitrán del miedo,
un corazón con brazos del Ikea,
frascos de jarabe caducado.
Pecados que no vieron amanecer,
belleza que no encuentra reposo.

Está lloviendo a mares en plaza de Lavapiés
y soy esa mujer que lleva escrito un No.


©Alicia Rosell, 9 de febrero de 2008.

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lunes, 4 de febrero de 2008

'HISPANORAMA LITERARIO' con Alicia Rosell


Enviar a noticias Topboomp3.com The Corrs - Sintonía del programa

Foto: Alicia Rosell ©

Alicia Rosell, conductora de 'Hispanorama Literario' les invita...

ESTRENO DE

'HISPANORAMA LITERARIO'
Logotipo diseñado por Alicia Rosell ©

Alicia Rosell, quien suscribe estas líneas, comienza a conducir y emitir desde Buenos Aires -vía España-, el programa que ha bautizado con el nombre de ‘HISPANORAMA LITERARIO’. El encuentro se realizará a través de la estación radial

http://www.radioaxioma.com.ar/

"Será para mí un placer y un orgullo aportar mi voz y mi tiempo, que repartiré entre mi labor como escritora y periodista, para llevarles lo ultimísimo de las Letras Hispano Americanas, sin olvidar jamás de referenciar a los autores que ya no están -pero que marcaron una época- con su impronta y su estilo. Porque, hablar del panorama literario actual sin mencionar el gran legado literario que nos dejaron los grandes escritores en lengua castellana sería traicionar la memoria cultural de quienes pusieron para nuestro regocijo y entusiasmo, sus obras y sus vidas.

Podrán escucharme los LUNES a las 17:00, hora argentina, (20:00 horas en España) desde cualquier punto donde haya Internet. La Magia de la Literatura ensancha sus horizontes gracias a las Nuevas Tecnologías.

Es mi deseo que se sientan a gusto conmigo en cada cita, esperaré ansiosa sus opiniones y observaciones constructivas. Ojalá sea del agrado de todos ustedes ésta mi nueva faceta como locutora. Intentaré no defraudarles.

Hasta esta tarde, amigos, lectores y dentro de poco, también radioescuchantes. Quedan todos invitados y son bienvenidos a

‘Hispanorama Literario’ con Alicia Rosell."



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miércoles, 16 de enero de 2008

Presentación de la novela de Genoveva Rodea, "Las Herencias del Tiempo"


Sinopsis:


Bárbara, nacida en Casablanca (Marruecos) en el seno de una familia de emigrantes españoles, retorna al país donde transcurrió su infancia y su adolescencia tras muchos años de ausencia. Pero no se trata de un simple regreso al pasado. Allí se encontrará con Cristian, desaparecido en extrañas circunstancias dieciséis años atrás. De la mano de un compañero de viaje anónimo al que ofrece ayuda y a través de esos personajes del ayer que aún pisan fuerte en el hoy paseará por acontecimientos de los últimos años realidades sociales de actualidad y por su vieja historia con Cristian... sorteando, con un fuerte componente de control emocional, las sombras veladas de las intrigas que intentan detenerla. Caerá en aventuras inesperadas. Se deslizará entre relaciones interpersonales y confrontaciones interculturales. Entre pasiones y miserias humanas. Agarrada al poder de hoy y con gran empuje vital prosperará hacia esas respuestas, tan temidas como esperadas, afrontando el misterio, acariciando las emociones, rozando la sensualidad, abrazando las sensaciones y coqueteando con la ironía. Mientras penetra, a fuego lento, en la esencia pura de los sentimientos humanos y la reflexión, con un único grito de guerra: VIVE.


Biografía:

Genoveva Rodea nace en Casablanca (Marruecos) el 21 de agosto de 1967. Aunque orientada hacia las ciencias, desde muy pequeña siente la necesidad de expresarse a través de las letras. Se inicia con la poesía, género con el que colma diarios. Pero muy pronto el verso se inclina ante la prosa. Consigue varios premios y al cumplir los dieciocho, coincidiendo con su traslado a Zaragoza, hila por afición su primera novela: Más allá de las distancias. Estudia empresariales y se dedica a este campo al que define como "el que me da de comer" sin olvidar la literatura y la psicología que es, según asegura, lo que le alimenta. Escribe reflexiones, cuentos y relatos, diseña discursos por encargo, comienza a participar en foros y colabora esporádicamente con algún periódico o revista. Hasta que en 2004, alentada por su entorno, decide atreverse con un proyecto más ambicioso: Las herencias del tiempo. Actualmente es delegada de Aragón de la Asociación de Escritores Noveles y trabaja en la corrección de su siguiente obra: La cara oculta del brillo.


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viernes, 21 de diciembre de 2007

'ANTONIO B. EL RUSO, CIUDADANO DE TERCERA' - RAMIRO PINILLA (Tusquets Editores)


Portada del libro presentado por Ramiro Pinilla en Bilbao.


RAMIRO PINILLA PRESENTA NUEVA NOVELA: "ANTONIO B. EL RUSO"


La moderadora y periodista, Ramiro Pinilla y el representante y editor de Tusquets en la presentación en Bilbao
(Foto Alicia Rosell ©)

por Alicia Rosell


Tuvo lugar la presentación de la nueva novela de Ramiro Pinilla -premio nacional de narrativa y nacional de la crítica 2006, premio Euskadi 2005- en el Fnac de Bilbao. El pequeño espacio del aforo rebosaba expectación ese viernes, vísperas de la Nochebuena que se barruntaba en el ambiente de las calles bilbaínas. Era la tarde del 19 de diciembre de 2007.

Aunque 'Antonio B. El Ruso' pueda parecer una novela más sobre la Guerra Civil española, Ramiro ya la tenía escrita desde hace veinte años aproximadamente. Revisarla y editarla de nuevo ni siquiera se lo había planteado, pero como él mismo me dijo en entrevista aparte, tiene muchas novelas para 'sacar', y así es, pues como si de un mago se tratara, en los últimos tiempos, nos ha ido 'sacando' novelas como el mago que saca flores o conejos de la chistera. Pero, eso sí, con mucho fuste y trabajo, que no es magia escribir como lo hace un maestro en su oficio.

Ramiro es un trabajador incansable, como buen vasco y como un escritor de los auténticos: de él escuché de nuevo lo que otros buenos escritores ya han confesado, y con lo cual estoy totalmente de acuerdo. "Mal encaminado va quien se llama escritor si escribe sólo para ganar dinero. Yo nunca he escrito para eso."

Más o menos esas fueron sus palabras. Si me lee, D. Ramiro, le pido disculpas... la grabadora se me estropeó. De memoria intento transcribir cuanto usted dijo esa tarde mientras sacaba fotos del evento y mi grabadora reposaba cerca suyo, en la mesa -tal como se aprecia en las fotos- gracias a la gentileza que tuvieron tanto la periodista que moderaba, como el representante de la Editorial Tusquets que lo acompañaban.

La expectación creada por esta novela no deja de ser curiosa, pero no es rara. Pues ya cuando salió 'La Higuera' todo sus lectores se lanzaron a leerla -aún siendo también otra novela sobre la Guerra Civil-. No en vano, es el autor de la trilogía de 'Verdes Valles, Colinas Rojas'. Y sin embargo, su laboriosidad en el Oficio Literario se mantuvo oculta, y es ahora, a sus ochenta y tantos años que sale a la palestra literaria para situarse entre los autores más admirados de este país. Ese silencio suyo, y ese escribir sin que nadie lo supiera, me recuerda a los antiguos románticos, D. Ramiro.


'Antonio B. El Ruso', es como dijo su autor, la historia novelada de un hombre que tenía mucho que contar sobre sus vivencias. Pueden constatarlo en la segunda parte de este artículo.

Don Ramiro Pinilla me avanzó que está escribiendo una novela policíaca y que esperaba que ya este año se publicara: una buena noticia para los 'adictos' a su literatura, -que los tiene- como así se confirmó en el evento presentación de esa tarde.

Puesto que mi grabadora me dejó sin las palabras del escritor vasco, prefiero que las lean tal cual él las escribió en este texto inferior que conforma el Prólogo de su novela. Les recomiendo que lo lean. A pesar de su extensión, merece la pena. Y sin en lugar de leerlo, prefieren escucharlo de viva voz, aquí tienen el enlace: Que lo disfruten.


Alicia Rosell © 21 diciembre 2007.



Ramiro Pinilla habla de su novela, 'Antonio El Ruso'.
(Foto Alicia Rosell ©)

RAMIRO PINILLA

ANTONIO B. EL RUSO,

CIUDADANO DE TERCERA

Prólogo



Volver, al cabo de tantos años, sobre Antonio Bayo, es recuperar el calvario de su vida y la oscura noticia de su muerte. Esta vez, su infantilismo ya no se hinchará contemplando el segundo nacimiento de su libro en los escaparates y sintiendo el acoso de los medios. Y es que estamos hablando de un hombre que, desde su nacimiento, fue perseguido por la forma más lacerante de nuestra injusticia social hasta hacer de él un despojo humano.

Yo nunca había escrito una novela-biografía contada por su propio protagonista. Supe de su existencia a través del periodista Ángel Ortiz Alfau: «Acabo de conocer a un hombre que asegura tener una vida apasionante y busca que alguien se la escriba».

¿Qué me movió a conocer a ese hombre? ¿La curiosidad? ¿Quizá la posibilidad de un cambio de registro narrativo?

Corría 1973. Nuestro encuentro tuvo lugar una mañana en el Arenal bilbaíno. Se llamaba Antonio Bayo y llevaba quince años viviendo, con tres hijos, en un piso de su propiedad en el barrio de Santutxu. Era de mediana estatura. Trabajaba de guarda de obras; pura ironía: defendía ahora la propiedad ajena quien, hasta su asentamiento en Bilbao, había arrastrado una vida de continuos robos para poder comer. Fuerte, más bien rechoncho, a pesar de sus cuarenta y pocos años se advertía que su cintura carecía de flexibilidad, su cuerpo era como un bloque sin gracia; al propio Antonio le oiría referirse a esta característica suya: «Me fallan las bisagras». Vestía algo así como un traje nuevo de domingo, chaqueta y pantalón color ladrillo, y desabrochado el cuello de su camisa de tonos fuertes. Su pelo… ¡ah, su famoso pelo rubio-rojizo que, a su nacimiento, inspiró a una mujer su apodo de «el Ruso»!... , abundante y espeso, peinado infructuosamente contra el cráneo. Sus ojos, azules, pequeños y bastante juntos, emitían el recelo de quien ha recibido muchos palos en su vida. Le faltaban el dedo pulgar de la mano izquierda y el índice y el corazón de la derecha, consecuencia de uno de sus desastres. Con todo, su persona en conjunto no mostraba el menor asomo de inseguridad:

«He leído el libro de Papillon…, me lo han leído…, lo hemos leído entre dos… y mi vida de perseguido por la justicia no tiene nada que envidiar a la suya», me dijo muy serio, con el más absoluto convencimiento.

Aquella primera charla –más bien interrogatorio por mi parte– sentados en un banco, duraría alrededor de una hora, tiempo suficiente para quedar yo convencido no sólo de que eran ciertas las barbaridades que me contaba sino también de que en su cabeza no cabía que un libro, cualquier libro, pudiera contener mentiras… y su relato iba a estar en un libro. Un claro hecho me lo confirmaba: aquel hombre no tenía la menor duda de la autenticidad de la historia de Papillon hasta en sus más insignificantes detalles, quizá porque el fenómeno libro ocupaba, en su escala de valores, el lugar de los mitos; y porque, en su inocencia, y fuera de sacralizaciones, no concebía que en un libro se encerrara una ficción. Me llegó a decir:

–Mi vida ha sido tan dura y tan cabrona, que quien la lea llorará como nunca ha llorado. Me han tratado como a un perro: he sufrido como nadie. Mi libro se venderá como rosquillas.

A lo que repuse:

–Amigo, si yo me pusiera a inventar desgracias, la vida de Papillon y la tuya juntas parecerían cuentos para niños.

No es que no me creyera, para no creer en algo primero hay que admitir que ese algo existe o ha existido en alguna parte, al menos en nuestros sueños. Era lo otro, su concepción del libro como biblia revelada por un dios que no miente. Además, me convencí de que este hombre carecía en absoluto de imaginación. Aunque, tras el relato que me haría de su vida, comprobé que poseía una portentosa memoria.

De hecho, antes de recurrir a otra persona, él había intentado escribir sus andanzas, más bien dictándoselas a su mujer, quien ya había llenado un par de cuadernos de escolar con letra difícil y redacción y ortografía atormentadas. Antonio me los enseñó, estaba ante mí con el resultado del ímprobo esfuerzo y asumiendo el fracaso. Pero aquel hombre no se inmutó al escuchar mis palabras. Supongo que se preguntaría: «¿Por qué este escritor con gafas, si sabe mentir tanto como dice, se ha molestado en venir para que le cuente mi vida?». Yo estaba en aquel banco por averiguar si la historia que escucharía era tan terrible como me aseguró mi amigo Ángel.

Lo era. Fue aquella una hora muy intensa. En su primera parte, el hombre relató, con monótona media voz, hechos que estaban pidiendo poderosos altavoces. Procedía de La Baña, un pueblo perdido de una de las dos Cabreras (Antonio me lo situó con un «para allá de la India» acompañado de un gesto de lejanía con el brazo), la Baja (la otra era la Alta), provincia de León. La Baña merecía pertenecer a Las Hurdes, era una Hurde desconocida, ignorada por la civilización, una Hurde que no había tenido su Buñuel que la mostrara en un escalofriante documental. Tenía sacerdote, y más vale que no lo tuviera: el de negro pagaba a la madre del niño Antonio un puñado de patatas por sus servicios sexuales. Tenía juez, a varias horas de camino, al que los guardias civiles conducían de continuo a Antonio acusado de robar latas de sardinas, cachos de tocino o una gallina, y el juez lo encerraba en su cuadra un par de días y lo soltaba con la condición de que le trajera un conejo, y cuando Antonio le aseguraba que él no tenía conejos, el juez le redimía recordándole de que en el pueblo había muchos conejos.

Tenía un cuartelillo de la Guardia Civil, frecuentado por Antonio más de lo que hubiese deseado, donde le molían a culatazos e incluso llegaron a clavarle alfileres en las uñas. El único empleo en aquel pueblo era el de pastor: doce horas en el monte con el rebaño de otro por un filete transparente de tocino y un cacho de pan; salida vedada a nuestro personaje por su fama da ladrón.

El gran pecado de Antonio era que tenía hambre. Su vida orbitaba alrededor de los alimentos. Era un animal hambriento. Los episodios de esta lógica relación hambre-robo me los refería sin estridencias, como si aquella historia no fuera con él. ¿Era creíble un destino tan truculento padecido a lo largo de sus primeros treinta años y repleto de incontables injusticias sólo explicables en un submundo como aquél? Le hice muchas preguntas, que él contestaba sin un titubeo. Se las formulé cruzadas: ni un solo fallo o contradicción.

¿Por qué se me ocurrió escribir este libro? Literariamente, me atrajo el disponer de un personaje de carne y hueso como alternativa a los habituales míos de ficción. Podría constituir un descanso. Pero, no: el gran motivo que me movió fue la denuncia.

¿Pertenecía a España aquella Cabrera Baja, aquel mísero y desheredado pueblo de La Baña?, ¿y eran españolas aquellas gentes dejadas de la mano de todos los dioses?

Faltaban dos años para que falleciera el Dictador. La sociedad española se reponía arduamente de la guerra y la posguerra. Asomaba un tiempo nuevo cargado de esperanzas y de reivindicaciones pendientes. Empezaba a abrirse camino la palabra para desterrar el silencio. La palabra.

Grabé su largo relato en mi casa de Getxo durante un mes; Antonio llegaba por las mañanas, hacíamos un descanso al mediodía para comer con mi familia, y otra sesión por la tarde. Vertía su chorro de vivencias sin orden cronológico, según acudían a su recuerdo, y yo había de adelantarme a engrasar mi trabajo posterior interrumpiéndole con incontables preguntas: ¿en qué año ocurrió eso?, ¿no me dijiste ayer que…?, ¿qué edad tenías entonces?, lo de tus dedos, ¿fue antes o después de…?

Al cabo, dispuse de un volumen de hechos que me absorbieron y conformaban una auténtica novela. Mi papel se reduciría a simple escribiente de ellos, a narrarlos como mejor supiera, a transmitir con otras palabras el mismo impacto que yo había recibido con las suyas, y siempre me ha gustado dar vida a cosas y personas sobre el papel. Otro aliciente, ya dije, fue el descanso de no tener que crear un mundo: me lo daban hecho. Tanto si se trata de narrar una ficción como un tema real, le elección del estilo y el lenguaje es fundamental. Y ello queda estrechamente vinculado a la voz elegida como narradora, bien la de un personaje o la del autor omnisciente. No lo dudé: sería la voz del propio Antonio. Sin embargo, el resultado no podría calificarse de autobiografía.

¿Biografía, entonces? Tampoco: yo, el autor, me filtraría en aquella vida sin intentar interpretar nada, sólo contar, contar. Las interpretaciones, en su caso, procederían del propio Antonio. Prevalecerían la autenticidad, la desnudez. ¿Quién era yo para hacer literatura de aquella realidad tan candente que vino a mis manos y me las quemaba? Quise desaparecer. De ahí, que hube que ser consecuente con otras dos decisiones:

Primera: como, por suerte, yo no conocía la Cabrera Baja, me negué a conocerla, sería el propio Antonio quien me la mostrara, nos la mostrara. Él no nos hablaría de la cultura de aquella tierra, de su humedad y temperatura medias, de su historia o monumentos, orografía, economía, costumbres populares… Su voz nos hablaría de uno de los productos irremediables de la Cabrera Baja: Antonio Bayo.

Segunda: ¿cómo conseguir que el texto transmisor de la historia alcanzara la altura de su pureza? ¿Cómo hacer que el paso del medio oral al escrito no fuera un salto sino un deslizamiento? Ya que el libro no iba a ser escrito por Antonio, sino que éste sólo hablaría, había que conseguir que ese mensaje no fuera traicionado por ese texto. El texto habría de ser lo más inadvertido posible. Lo más oculto. Que no estorbara. Que el trasvase fuera cristalino, transparente. Y lo más próximo a la transparencia es la invisibilidad. ¿Un lenguaje invisible?

Ya solos la grabadora y yo, empecé por distribuir en fichas todo aquel barullo. Las ordené. Luego pasé un tiempo buscando el tono, como para un instrumento musical. A veces, se encuentra a la primera. No fue así en este caso. No se trata de pulsar teclas o cuerdas sino de escribir las primeras líneas. Realicé muchos ensayos para el primer párrafo. Y al leer un día bajo el bolígrafo…

Me llamo Antonio Bayo, pero cuando madre me echó al mundo, una mujer que estaba allí dijo: ¡Leches, si es rubio como un ruso!... Así que no vaya usted por las Cabreras preguntando por Antonio, porque desde entonces todo el mundo me conoce por el Ruso. Ahora tengo seis años y madre me dice:

–Súbeme una berza.

…supe que ya lo tenía.

La redacción del libro me llevó ocho meses. Cuando puse los mil folios en las manos mutiladas de Antonio, los miró por arriba y por abajo, quizá con orgullo de estar allí dentro, y se los llevó. Hablé con él al día siguiente. Transcribo lo que, tiempo después, diría a la prensa: «Cuando Ramiro me dio los papeles mecanografiados, yo no me reconocía. Tuvimos casi una enganchada. Le dije: este libro no sale p´alante, que éste no soy yo».

El mío era el segundo libro que Antonio leía en toda su vida; el primero fue Genoveva de Brabante, e ignoro si le gustó. ¿Qué le encontró a mi texto? Sospecho que demasiada economía de palabras, demasiada brevedad. Su mujer y él lo compararían con sus cuadernos, tan melodramáticos, tan pastosamente lacrimógenos y folletinescos en los que cada escena se alargaba sin freno. Curiosamente, mi elección de un estilo invisible impedía que Antonio se viera allí… Bueno, la verdad es que apenas tuve que discutir con él, entrar en detalles literarios… ¡tenía Antonio tantos deseos de ver publicada su vida! No aceptó el libro, me aceptó a mí. Supongo que luego explotaría en casa.

Cumplí el itinerario de los escritores sin editor, realicé envíos y todos me fueron devueltos. Planeta y Plaza & Janés me aseguraron que mi libro jamás podría ser publicado en España. Lo guardé cuidadosamente en un cajón.

No podía haber sido de otra manera en aquel año 1975 en que Franco había de abandonar el poder por un imperativo insoslayable, pero prevalecería el franquismo. Y mi libro atacaba sin medias tintas las instituciones más intocables. Este veto era la medida de seguridad que superaba las que yo había tomado previamente: la ocultación del apellido de Antonio y la sustitución de su verdadero apodo, «el Ruso», por «el Rojo», tanto en la portada de 1977 como en todas las páginas; y el cambio de La Baña, nombre verdadero de su pueblo, por el de Las Piedras. Es posible que con ello no proporcionase a Antonio la protección deseable, en el caso de vernos ambos ante un tribunal, aunque supongo que un abogado podría utilizarlo. Tenía advertido a Antonio del riesgo que entrañaba la publicación. No le importó. Aunque figuraba como un simple personaje que contaba su vida, ni él ni yo pretendíamos ocultar que era mucho más: era la fuente real que puso en marcha todo.

Tras el personaje de Antonio había una realidad, personas e instituciones contemporáneas que él atacaba sin pelos en la lengua. Antonio era una realidad insolente, nada impediría que lo convirtieran en víctima una vez más. Ediciones Albia se interesó finalmente por el libro y lo publicó en 1977. Antonio B. fue entrevistado por los medios y firmó ejemplares con sus manos rotas. Nunca se había visto en una así. Pero en las fotos publicadas siempre apareció de espaldas, y lo mismo en televisión.

La lectura de Antonio B. el Ruso puede despertar las mismas incredulidades que, en su día, Antonio B. el Rojo. ¿Eran posibles tan duras pruebas y, sobre todo, cayendo todas sobre un mismo hombre? Convendrá, pues, que refiera aquí el episodio que vivimos Antonio y yo en León, en la presentación del libro. La organizó la Obra Cultural de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de León, y en la mesa redonda intervinieron el ingeniero jefe del IRYDA, el responsable del Servicio de Obras de la Diputación Provincial, el secretario de los Ayuntamientos de Truchas y Castrillo, una biólogo y un radiofonista… Detallo tanto para indicar la preocupación que habían despertado las denuncias del libro.

En efecto, tras muchas preguntas de ellos y respuestas por nuestra parte, otro de los asistentes se levantó para protestar con no disimulada indignación:

––Nuestras Cabreras no son como asegura ese libro. Pueden ser bastantes cosas, pero nos negamos a aceptar que en la Cabrera Baja haya sucedido nunca el que sus habitantes confundieran un jeep con un animal. Los de esta tierra no aceptamos semejante infundio.

Se refería al episodio en que el gobernador, hacia 1940, realizó un viaje ––¿por qué no safari?–– de reconocimiento por aquella Cabrera Baja en tres jeeps. La comitiva se detuvo en un claro entre casuchas de La Baña y el gobernador vio cómo algunos vecinos se acercaban portando brazadas de yerba y las depositaban ante los morros de los vehículos… ¡para que comieran! Es indudable que otros participaban de ese enfado. Y entonces pidió la palabra uno de los presentes para declarar:

––El libro no miente, ese triste hecho ocurrió, yo fui testigo de él. Acompañé en ese viaje al gobernador en calidad de cronista oficial y quedé tan asombrado como todos de aquello. Así fue: los lugareños creían que los jeeps eran animales y, para caer bien a sus sueños, los alimentaban.

Confío en que nadie dude de la veracidad del relato de Antonio Bayo. Lo único que lamento es que ya no esté entre nosotros. Lo habría vuelto a pasar muy bien firmando ejemplares de su libro, pues seguramente es más suyo que mío.

Ramiro Pinilla

Getxo, 15 de abril de 2007

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